El naming chino forma parte de los conocimientos aplicados en la expansión de una marca occidental en este país asiático. Las distancias culturales, lingüísticas y sociológicas interfieren a la hora de dar una primera impresión de dificultad máxima.
Sin embargo, las oportunidades de negocio son tan prometedoras que la aventura merece la pena. Solo hay que seguir algunas técnicas que ya han sido probadas con éxito.
¿Qué deberías tener en cuenta a la hora de adaptar el nombre de tu marca al mercado chino?
Antes de iniciar la tarea para abrir una tienda online en China conviene recordar las siguientes notas:
1. El idioma oficial de china y el de la mayoría de sus variantes locales es de división monosilábica y de pronunciación tonal. Esto difiere mucho con la totalidad de las lenguas europeas o las internacionales más conocidas.
2. El sistema de escritura aunque es de aprendizaje lento, y no exento de dificultades, cumple un papel de unificador cultural para todo el país. La variedad de signos comporta un desigual grado de conocimiento. Con la lengua china, oral o escrita, hay que evitar las adaptaciones extravagantes o forzadas para una marca allí desconocida,
Tampoco mejora las cosas hacerse comprensible solo para un grupo minoritario de público objetivo. Serían únicos capaces de identificar los sonidos correspondientes de una marca occidental por signos poco empleados del sistema de escritura. Pero lastraría la marca para grupos de perfil más común.
3. El peso que tiene Google para Occidente como organizador de información, en China, pasa a ser de uso restringido. El buscador más usado es Baidu que tiene sus propios algoritmos de indexación y clasificación de la información que circula por Internet.
4. El inglés funciona muy bien como lingua franca internacional. Sobre todo cuando la apreciación de extranjero resulte positiva en el producto que se quiere comercializar.
Naming chino exitoso: similitud fonética incluyendo los valores de la marca
Vender en China por Internet obliga a conocer a grandes rasgos las peculiaridades culturales de los clientes con ese origen. Las asociaciones de ideas con formas o colores tienen mecánicas dentro de reglas propias. Lo mismo pasa con el lenguaje.
Para la lengua china la mayoría de las silabas poseen varios valores semánticos compartidos. Es el contexto el que asigna su valor exacto. Las cuatro silabas de Coca-Cola expresan una idea carente de sentido lógico, asociado o argumentativo.
Pero con ligeras modificaciones Kekou-kele adquiere un nuevo significado: “con gusto y divertida”. Con esta semántica los mensajes publicitarios ya pueden entrar en las dinámicas de marketing que la han hecho popular y conocida en occidente.
En marcas de mayor complejidad fonética como Carrefour la adaptación se concreta en Jia-Le-Fu. Aquí el cambio, un tanto forzado, atrae un significado de “familia alegre y feliz” con la que es posible hacer una campaña de marketing.
Como conclusión, el naming chino requiere estar bien informado o asesorado en la cultura de este país asiático. La oportunidad de asentar una marca en este inmenso mercado tiene un valor económico extraordinario a medio y largo plazo. ¿Alguna duda? Se puede dejar en los comentarios.
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