Desde hace unos años, los ojos de todo el mundo con vistas a los negocios están puestos al este, concretamente en China. Y es que el gigante asiático ha llegado para quedarse, aunque con la nueva Ley de Publicidad china las estrategias para entrar en su enorme mercado van a tener que cambiar un poco con respecto a las empleadas en el occidental.
Principales restricciones de la Ley de Publicidad china
La nueva ley de publicidad en China se promulgó en el año 2015 y trajo consigo importantes novedades que no solo han afectado a las empresas nacionales, sino también a todas las empresas extranjeras que se han hecho un hueco en su mercado.
Uno de los puntos de la normativa que más revuelo ha suscitado es su referencia a que en los anuncios en China no se podrán usar superlativos para describir un producto. Es decir, por ejemplo no podremos decir que nuestro producto es “el mejor” o frases análogas para describirlo en el medio en el que lo proyectemos. La justificación dada por el gobierno chino es que dichas expresiones pueden llevar a equívoco y engaño a los posibles consumidores. Por tanto, lo ideal es cambiar la hoja de ruta buscando una publicidad más visual, evitando en todo lo posible la descripción del producto a vender con adjetivos cargados.
Un punto ambiguo a comentar en su legislación acerca de la publicidad dentro del territorio chino es que esta deberá ser buena para la salud mental y física de la población. Esta norma deja mucho margen a la interpretación de la justicia china, generando una cierta sensación de inseguridad jurídica.
Junto a la anterior afirmación se encuentra en esta legislación la referencia al respeto que deben procesar los anuncios publicitarios hacia la ética y dignidad del Estado. Esto pone de manifiesto que a la hora de publicar un anuncio en China se debe andar siempre con mucho ojo de no ofender o atacar el sentimiento nacional, ni siquiera en tono de humor, ya que la empresa que lo hiciera podría enfrentar graves consecuencias.
¿Cómo enfrentarse a la nueva publicidad en China?
Afortunadamente, y a pesar de lo restrictivas que parecen estas normas, saltearlas no debe presentar un reto para las empresas occidentales. Desde hace más de una década, los habitantes del gigante asiático se sienten muy atraídos por todos los productos fabricados fuera de sus fronteras, con especial interés en los europeos y los norteamericanos.
Además, allí cuentan con todos los medios clásicos de comunicación, y aunque existe una censura por parte del gobierno, si nos adherimos a las normas mencionadas es fácil lanzar una campaña publicitaria que encumbre el producto hacia la cima de lo más vendido.
La sofisticación occidental y los productos que se pueden ver en las películas de Hollywood lideran las tiendas hoy en día, con lo que haciendo uso de una publicidad sobria y elegante la población china estará más que encantada de comprar todo lo que se le ofrezca, sin que por ello el gobierno se levante en contra de las empresas extranjeras.
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