El branding en China es esencial para garantizar el éxito de una empresa. Desembarcar en este mercado es una obligación, ya que es el más grande del mundo. Contar con una marca sólida y que transmita valor ayudará a conseguir la aceptación del consumidor chino, por lo que hay que diseñarla y publicitarla con cautela para no fallar.
La marca digital: protagonista indiscutida en el desembarco de una empresa extranjera en China
Uno de los aspectos que tener en cuenta en el desembarco de una empresa extranjera en China es la imagen de marca que proyecta. El comprador chino analiza con cautela y profundidad la empresa antes de otorgar su confianza, por lo que la marca tendrá que convencerlo de que merece la pena comprar sus productos. No obstante, las actividades de promoción son muy distintas en el gigante asiático, por lo que se hace necesario realizar una adaptación previa.
Habituarse a las redes sociales y plataformas del país es clave para hacer llegar la marca de la compañía a la mayor cantidad posible de clientes. En estos espacios digitales se realizarán las actividades de promoción, por lo que hay que ofrecer una identidad única, que genere confianza y que ofrezca una imagen de exclusividad para distinguirse de la competencia.
Además, habrá que promover una serie de valores para que el comprador chino desarrolle una relación de confianza. Al fin y al cabo, estudiará con detalle qué es lo que le puede ofrecer la marca, y la calidad del producto es uno de los valores más cotizados. El precio no es un problema para el comprador medio, pero sí lo es la calidad del artículo que está dispuesto a comprar, por lo que habrá que cuidar este aspecto y convertirlo en un valor que pueda relacionarse con la marca.
Los consumidores chinos priorizan el valor detrás de una marca
Los valores que se quieran transmitir deben estar presentes en todo lo relacionado con la marca. El logotipo es el primer eslabón de la cadena. Su diseño, colores, aspecto general y puesta en escena establecerán un anticipo de los valores de la marca. Por ejemplo, elegir entre un color u otro establece la diferencia. Cada uno está asociado a una creencia, como en el caso de dorado. Este color transmite la idea de prosperidad, concepto que puede interesar mucho al cliente chino.
La cultura de este país tiene en la superstición uno de sus componentes, por lo que habrá que ligar los valores que se quieren transmitir a la idea que tienen los chinos de la realidad. Así, si se busca dar una imagen de solidez, solvencia, seguridad y fortuna, habrá que cimentarla desde el logo y potenciarla con la presencia en redes, por lo que se hace necesario plantear la estrategia adecuada para vender en China por Internet.
En definitiva, el branding en China cuenta con unas reglas de implantación propias. La superstición, la necesidad de ofrecer una determinada serie de valores y un producto exclusivo son cuestiones que la marca debe transmitir para ganarse al consumidor chino.
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